martes, 22 de julio de 2014

Crisis de entre Guerras (Quinta Parte)



RUSIA: DEL ZARISMO AL BOLCHEVISMO 
Quinta Parte: La Revolución que cambió al mundo



El octubre rojo de 1917

El Palacio de Invierno, sede gubernamental.
El partido bolchevique creció rápidamente. En abril de 1917 contaba con unos 70.000 miembros, y en agosto, con 240.000. Pero en junio sólo tenía una sexta parte de los miembros del congreso general de los soviets, y cuando se reunió el segundo congreso panruso, apenas contó con un poco más de una cuarta parte del total de representantes. Con todo, Lenin organizó el partido con una disciplina sólida y centralizada.

Pero sabía que contaba solamente con dos o tres incondicionales: Sverdlov y Stalin. Tenía que enfrentarse, se con el ala derecha (Zinóviev y Kaménev), sea con la brillante personalidad de Trotski, desconcertante por sus sólidos conocimientos teóricos y su original punto de vista, pero útil por su fogoso entusiasmo, que le valió el cargo de presidente del Soviet de Petrogrado, que Lenin supo aprovechar.  

En medio de aquella desorganización reinante, Lenin auscultaba el latido del movimiento de masas de la ciudad que, por mimetismo, se extendía a Moscú y Kiev. Petrogrado era el centro nervioso de una Rusia casi paralizada. Allí se entabló la batalla decisiva aprovechando el fracaso de Kornilov y el desconcierto del gobierno provisional, pues las masas se mostraban apáticas; estaban cansadas de tantos desfiles y manifestaciones. Los dos focos principales de acción bolcheviques fueron: los soviets, el Pravda y el comité central, creado por Lenin y dirigido por Trostki.

El crucero Aurora a comienzos del siglo XXI.
Un disparo de fogueo de sus cañones de proa
señaló el comienzo del asalto final al Palacio de
Invierno y causó el abandono de parte de los
defensores, atemorizados por la detonación.
Más tarde participó en el bombardeo del palacio,
que apenas causó desperfectos en el edificio.
"La paz y la tierra para los campesinos" fueron las dos consignas de Lenin que habían impactado sobre la militancia menchevique y social-revolucionaria, ganándose nuevos adeptos para el Partido Bolchevique.

El 25 de octubre (7 de noviembre) se iba a reunir el segundo congreso de los soviets. Mientras Kerenski preparaba otro golpe, con un asalto a la redacción del Pravda y detenciones en masa; Trotski y el comité militar revolucionario también complotaban: dentro del Congreso, preparando un reforzamiento de las atribuciones de los soviets; fuera de él, buscando la adhesión de la guarnición y formando más grupos armados. Kernski cometió la torpeza de asaltar los locales bolcheviques, lo que produjo la reacción de los soviets. el comité central procedió a tomar los puntos claves de la ciudad y se aseguró las tropas de la guarnición.

Misiva del Comité Militar Revolucionario
 de Petrogrado anunciando la deposición
 del Gobierno Provisional.
Aquella noche del 25 de octubre, Lenin acompañado por un guardaespaldas, llegó al palacio Smolni, donde iba a inaugurarse el segundo congreso panruso. Disfrazado, sin barba, con una peluca y un pañuelo en el rostro simulando un dolor de muelas, ingresó de incógnito para revelarse ante el pleno de delegados. Como preveía que su partido iba a quedar en minoría, urgía dar un golpe de Estado. Sólo faltaba dar una orden. Pues bien, ordenó al comité militar detener al gobierno provisional que estaba reunido en el palacio de invierno. Antonio Ovseenko, miembro del comité, penetró en el edificio, ya lleno de soldados revolucionarios y de dos batallones de mujeres y cadetes, únicos con que contaba el gobierno. El desorden era inenarrable. Unas salvas del buque "Aurora" habían provocado desmoralización entre los defensores que huyeron abandonando las armas. El propio Kerenski escapó en un coche de la embajada estadounidense en busca de las tropas del frente, y la mayoría de los ministros fueron detenidos.

En el congreso de los Soviets, lo delegados mencheviques y social-revolucionarios se retiraron como protesta, quedando asegurada la mayoría bolchevique. Ese día se constituyó el nuevo gobierno con el nombre de Soviet de Comisarios del Pueblo. Lenin, designado jefe de gobierno, se preparaba para gobernar con energía y decisión.

El nuevo Gobierno presidido por Lenin, el Consejo de
Comisarios del Pueblo, en una imagen de comienzos de 1918,
con presencia de los socialrevolucionarios de izquierda.
Los socialdemócratas de centro-izquierda y el sector izquierdista de los social-revolucionarios, aclamaron al vencedor. El congreso aprobó el golpe de Estado y aceptó las famosas "Tesis de abril" de Lenin. Los social-revolucionarios vieron con sorpresa cómo Lenin, en vez de imponer el criterio bolchevique, adoptaba el suyo: la tierra para los campesinos, no para los soviets; y el poder para los soviets, no para el Partido Comunista, como Lenin preconizara antes. 

Por eso los social-revolucionarios integraron el nuevo gobierno y Lenin fue obligado a presidirlo. A Trotski se le confió el Comisariato de Asuntos Exteriores; a Stalin, la nueva comisaría de las nacionalidades, y a Alejandro Kollontai, la de asuntos sociales.


La Asamblea Constituyente

Los adversarios del bolchevismo esperaba ganar la mayoría en la Asamblea Constituyente, organismo superior. El Consejo de Comisarios del Pueblo dictó, el 27 de octubre (9 de noviembre), un decreto por el que fijaba el 13 (26) de noviembre como fecha para las elecciones a dicha asamblea, que se reuniría el 18 (31) de enero de 1918.

Pero urgía poner en marcha la producción, organizar la economía, restablecer las comunicaciones, reunir los poderes, dispersos y divididos, en un Estado nuevo y coherente, y crear un gobierno, una burocracia y unas fuerzas de seguridad. Además, había que decidirse entre hacer la paz o seguir la guerra. Lenin impulsó el avance progresivo hacia su nueva ordenación económica decretando el establecimiento del control obrero de las empresas, 14 (27) de noviembre, que habían reclamado las multitudes durante las luchas del 3 y 4 (16 y 17) de julio, y creó el Consejo Superior de Economía: decreto del 1° (14) de diciembre.

Otro decreto trataba de la posible revocación de los elegidos por parte de los electores, cuando éstos considerasen que ya no los representaban. También dictó la "Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado", base teórica de principios análogos   de los "Derechos del hombre y ciudadano" de la Revolución "burguesa" Francesa de 1789, y en la que se definiría el nuevo régimen como una "república de los soviets de diputados obreros, soldados y campesinos" que, más tarde se reflejaría en el título de la República Socialista Federal de los soviets. Otros fijaban las condiciones de la paz, el derecho de la libre disposición de las nacionalidades y el reparto de la tierra entre los campesinos.

Los partidarios de la Asamblea crearon un comité integrado por personalidades que estaban dispuesta a defender sus tesis pero sin llegar a la violencia. pero uno de los promotores de ese movimiento, Boris Savinkov, quiso eliminar a los cabecillas comunistas, y el 2 (15) de enero de 1918 disparó varios tiros contra el auto que llevaba a Lenin. El socialista suizo Platten, quien iba con él, le savó la vida obligándolo a agacharse.

Los bolcheviques obtuvieron la cuarta parte de los votos. Reunida la Asamblea, resultó elegido Chernov, por 244 votos contra 153 de María Spridonova. A la "Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado" se le opusieron toda clase de obstáculos, como una declaración por la cual la Asamblea refrendaba los decretos revolucionarios a partir del golpe de Estado y reconocía la supremacía de los soviets sobre la propia Asamblea. Lenin y los bolcheviques se retiraron y los soldados de la guardia "invitaron" a los delegados de los otros partidos a abandonar la sala. Al día siguiente, el Comité Ejecutivo de los Soviets, haciéndose cargo de sus nuevas atribuciones, decretaba la disolución de la Asamblea Constituyente.      

Los bolcheviques pudieron contar, durante algún tiempo, con la participación en el poder de otras formaciones de izquierda, pero que secundaban su programa, cada vez más, a regañadientes, organizando una serie de secciones que fueron desde el intento de continuar la guerra al de pasar el poder a la Asamblea. Cuando estos medios fracasaron, recurrieron al atentado personal.

Emblemas de la Cheká:
la espada y el escudo.
En previsión de una oposición irreductible, el 7 (20) de diciembre de 1917 la Comisión de Actividades Contrarrevolucionarias, la llamada Cheká, imprimiría con este nombre y otros sucesivos (MVD, MKVD y KGB) una huella profunda en el Estado soviético. Su primer jefe fue el polaco Djerjinski, autor de la frase: "No creáis que me preocupa ninguna forma jurídica. No tenemos necesidad de Justicia; tenemos necesidad de lucha, de que una dureza responda a otra. Deseo, mejor dicho, exijo, que se forje una espada de la revolución, capaz de aniquilar a todos los contrarrevolucionarios". Y consiguió esa espada. Sus primeras medidas fueron la separación del ejército de los oficiales partidarios del zarismo y la persecución de los terroristas.

Al triunfar los bolcheviques, lo aliados occidentales rompieron las relaciones diplomáticas con Rusia. El gobierno soviético replicó publicando un gran número de tratados secretos firmados entre el zar y la Etente. El mundo supo cómo los aliados habían decidido repartirse Turquía, dando Constantinopla, los Dardanelos y extensos territorios del Cercano Oriente a Rusia, y cómo la lucha por la liberación de Bélgica y se Serbia, no era tan platónica. El gobierno soviético también rehusó el reconocimiento de las deudas financieras contraídas por Rusia con sus aliados durante la guerra, en especial con Francia.

La ruptura total con el pasado se expresó con la transferencia del poder político y administrativo de Petrogrado a Moscú, la que se convirtió (a partir de marzo de 1918), de nuevo, en la capital de Rusia.

Durante algún tiempo las potencias europeas apoyarían a los gobiernos antibolcheviques que se instalaron en Ucrania, Polonia, los Estados bálticos y Siberia, donde los mencheviques se aprestaban para la lucha, apoyados por divisiones checas y japonesas. Pero, ante todo, había que resolver el problema de la paz. Era imposible que Lenin le diera la espalda a Europa cuando los imperios centrales ocupaban gran parte de Rusia. El propio Lenin concebía la esperanza de provocar revoluciones sociales en los países occidentales, sin intervención rusa, pero con su ayuda.


La paz de Brest-Litovsk

Los bolcheviques proclamaron que la colaboración internacional debía basarse en el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Stalin proclamó el Helsinski, durante un congreso del Partido Comunista Finlandés, la independencia de Finlandia (noviembre de 1917), porque seguramente esperaba que los obreros finlandeses derrocaran el orden capitalista por sí mismos y crearan una república proletaria. Pero en enero de 1918, pensando sin dudas en su Georgia natal y sobre todo en Ucrania, declaró al congreso de los soviets que la independencia sólo podía concederse a los países socialistas. En agosto de 1917, Ucrania había proclamado su autonomía del Estado ruso y ahora proclamaba su total independencia. Si eso se permitía, el Estado soviético recibiría un duro golpe, pues Ucrania era el granero de Rusia.

Los bolcheviques propusieron a los alemanes y a los aliados una paz sin anexiones y la proclamación del derecho de los pueblos a su autodeterminación. Se suponía que la Etente aceptaría al Estado soviético como árbitro y mediador de los que antes fueran territorios del Imperio Ruso, aunque nadie podía predecir cuánto tiempo se mantendría el propio Lenin en el poder. además, se esperaba encontrar mayor comprensión por el lado de las potencias centrales dada la inevitable derrota. El alto mando alemán, en efecto, reconocía la necesidad imperiosa de una victoria rápida y decisiva en el oeste, y tanto Hindemburg como Ludendorff deseaban terminar la guerra contra Rusia para trasladar a occidente todos los ejércitos disponibles. Así, pues, los imperios centrales y el gobierno soviético iniciaron negociaciones el 22 de diciembre de 1917 (4 de enero de 1918) en la ciudad ruso-polaca de Brest-Litovsk.

Pero mientras Lenin creía urgente una paz inmediata a cualquier costo, confiando en una revolución en Alemania contra el Káiser, los mencheviques, los social-revolucionarios y hasta una parte de los propios bolcheviques, Trotski, se resistían a tantas concesiones territoriales. Si los alemanes quedaban con las manos libres para atacar con todas sus fuerzas a Francia, el régimen imperial saldría beneficiado, lo que destruiría toda posibilidad de una revolución proletaria en las potencias centrales. En cambio, proseguir la guerra no era tan peligroso para Rusia, ya que, aunque los imperios centrales penetrasen en el país, el gobierno soviético levantaría al pueblo ruso a derribar al Káiser como hiciera con Napoleón en 1912. Muchos compartían esta opinión, entre ellos Bijarin, jefe del Soviet de Moscú y los social-revolucionarios. Trotski tenía un criterio más ecléctico: paz, pero... con dilaciones y sin concesiones.

Trotsky, con abrigo negro, llega a Brest-Litovsk
al inicio de las negociaciones en diciembre de 1917.
Lenin, que no creía que pudiera consolidarse el régimen imperial germano con una ofensiva en occidente condenada al fracaso y que temía una paz de Alemania y los Aliados en contra de Rusia, exhortaba a no confiar demasiado en la capacidad defensiva de los rusos, pues los soldados desertaban en masa en el frente y, como decía, "votaban por la paz con sus pies". Lenin necesitaba la paz para la reconstrucción, pero Trotski seguía en su posición. Y como en el Comité gubernativo la tesis de Lenin fue rechazada, éste le encargó a Trotski que llevara a cabo las negociaciones según su criterio. Trotski partió para Brest-Litovsk y las negociaciones prosiguieron sin prisa, al tiempo que los delegados rusos fomentaron la  agitación política entre los soldados alemanes y austríacos con más ingenuidad que eficacia. El representante alemán, general Hoffmann, se impacientó por la lentitud y amenazó con volver a empuñar las armas, cosa que impidieron los austríacos.

Trotski quería limitar el acuerdo a un simple armisticio, sin estado de guerra ni de paz, y rechazó un ultimátum germano-autríaco. Las negociaciones quedaron rotas el 10 de febrero, y los imperios centrales lanzaron una ofensiva general. Las predicciones de Lenin se cumplieron. Los enemigos invadieron Ucrania por el sur y llegaron hasta Narva y Pskov por el norte, colocándose a las puertas de Petrogrado.

Los que votaron contra Lenin reconocieron que era preciso aceptar la derrota para salvar al régimen, y la paz se firmó el 3 de marzo de 1918. Rusia cedía Polonia, Lituania y los Países Bálticos, reconocía la independencia de Ucrania y prometía la desmovilización del ejército. En Ucrania, los vencedores asumieron el papel de protectores, exigiendo en cambio, contribuciones abusivas, sobre todo de cereales.


La intervención extranjera

Letonia y Estonia formaron estados independientes. Finlandia adquirió su independencia con apoyo de tropas alemanas, luego de luchar contra los "rojos", que eran apoyados por los bolcheviques rusos. Contra lo tratado en Brest-Litovsk, en la primavera de 1918 los alemanes penetraron en Crimea y en la cuenca del Don, llegando a Transcaucacia, ocupada con la ayuda de los rusos. Por último, en mayo, firmaron la paz con Rumania y le dieron la provincia de Besarabia.

La Etente consideró que Rusia como una aliada de Alemania y envió tropas a Arjangelsk y a Vladivostock y apoyaron a los grupos antibolcheviques. Así se formaron en el sur (Crimea, Don, Kubán) "guardias blancas" de resistencia a las órdenes del general zarista Denikin, entablándose combates en torno a Tsaritsin, la futura Stalingrado. Pese a las dificultades por mantener esa posición importante, su reconquista por el ejército rojo, con la intervención de Stalin como comisario político, dio a los comunistas una de sus primeras victorias. En cambio, sus abastecimientos desde Siberia y el Extremo Oriente quedaron bloqueados. Allí se amotinaron los campesinos, agotados por las continuas demandas de víveres que hacían los bolcheviques, incitados por los social-revolucionarios. La "legión checa", unos 40.000 mercenarios de diversos países y desertores del frente austríaco, se apoderó del ferrocarril de Siberia y avanzó hacia el Volga.

Bolcheviques masacrados por la
"Legión Checa" en Vladivostok.
Los Blancos se enajenaron rápidamente las poblaciones encarcelando y masacrando sistemáticamente a nacionalistas, demócratas, judíos, sindicalistas, revolucionarios moderados y, por supuesto, bolcheviques, sin olvidar a simples sospechosos, abatidos ante la menor duda. Restituyeron las tierras a los antiguos propietarios de bienes inmuebles y no vacilaron en quemar o destruir pueblos enteros, siendo sometidos los campesinos a castigos corporales humillantes. 

En el verano de 1918, el almirante Kolchak concentró todos los movimientos de resistencia en el este. El Partido Social-Revolucionario entró en acción para derribar a los bolcheviques y continuar la guerra contra Alemania. En Moscú y otras ciudades estallaron motines. Los bolcheviques, para evitar la restauración del zarismo, dieron orden de evitar que el zar y su familia, prisioneros de Ekaterimburgo, amenazada por "los blancos", cayesen en sus manos. Cuando las tropas contrarrevolucionarias tomaron la ciudad (20 de junio de 1918), el zar y su familia entera habían sido ejecutados cuatro días antes. Lo que se convirtió en un golpe demoledor para la moral los zaristas, pero en una pésima propaganda en el exterior.


Creación del ejército rojo

El régimen soviético venció a sus adversarios y derrotó a Kolchak gracias al papel protagónico de Trotski. Las milicias bolcheviques llegaron a ser, bajo su dirección, un ejército fuerte, disciplinado y eficaz brazo armado del Estado soviético.

En el otoño de 1918, al firmarse la paz, los imperios centrales evacuaron el territorio ruso y el gobierno soviético declaró sin efecto la Paz de Brest-Litovsk e inició una agitación política contra los nuevos regímenes "burgueses" de Letonia y Lituania, derribándolos para proteger a los revolucionarios proletarios. Desencadenó, además, una guerra contra el gobierno ucraniano.

Guerra Civil Rusa (1918-1920),
frente europeo
Inglaterra, Francia y Estados Unidos enviaron tropas al norte y al sur de Rusia, pero retrocedieron ante los primeros fracasos. Los aliados se limitaron, desde entonces, a enviar material, dinero y asesoramiento para enemigos de los soviéticos, apoyando sobre todo a Polonia y Rumania. Pero a pesar de la Guerra civil, que duró de 1918 a 1920, y de una guerra con Polonia en este último año, los soviéticos lograron a fines de 1923 estabilizar su situación en Europa y, en Asia, llegar a las fronteras zaristas con Persia y China.

Las tropas soviéticas rechazaron (1919) las nuevas ofensivas de Denikin y Kolchak, zarista el primero y liberal el segundo. Vencido, Denikin se retiró a Crimea, sucediéndolo el general Wrangel, en marzo de 1920, quien también fue derrotado, y el dominio soviético se extendió hasta el Cáucaso (recuperando Armenia, Georgia y Azerbaján). 

Kolchak tuvo que replegarse hasta las profundidades siberianas, pero la parte del tesoro ruso que había logrado robar despertó la codicia de la legión checa que se sublevó y los fusiló.

Mientras tanto, en los Estados Bálticos (1919) se había formado un nuevo ejército "blanco", a las órdenes del general Yudenich, y Estonia y Letonia restablecieron sus gobiernos liberales. Yudenich llegó ante Petrogrado (primavera de 1920), pero la habilidad y energía de Trotski salvó una vez más la situación, y el ejército "blanco" del  Báltico fue derrotado.


La Guerra Ruso-Polaca

Józef Pilsudsky
(1867-1935)
En noviembre de 1916, los imperios centrales habían proclamado la resurrección política de Polonia, pero luego la redujeron a un mero estado vasallo y encerraron en una prisión a Pilsudsky, héroe de la liberación polaca de los rusos. Después de la victoria, los aliados lo eligieron como su hombre de confianza y así pudo convertirse en el fundador de una nueva Polonia independiente. El ejército polaco recibió instrucción militar en Francia y el propio Pilsudsky confió la dirección del arma a mandos franceses.

En 1920, los soviéticos dirigieron sus armas hacia el oeste y, en julio, Stalin penetró en el sur de Polonia, por Galirzia, y ocupó Lituania por el norte. Los polacos, tomados por sorpresa, solicitaron un armisticio y Moscú exigió el ingreso de Polonia a la Unión Soviética. 

El propio primer ministro británico, Lloyd George, le aconsejó a Pilsudsky que aceptara. Pero, aconsejado por los militares franceses, el gobierno polaco pasó a la ofensiva. Al frente de los consejeros de Pilsudsky estaba el general Weygand y uno de sus oficiales se llamaba Charles de Gaulle. La batalla de Varsovia terminó el 14 de agosto de 1920 con la derrota rusa. Ambos países firmaron un armisticio en octubre de 1910, y el 17 de marzo de 1921 la paz en Riga. La nueva frontera oriental polaca penetraba considerablemente en los territorios de la Rusia Blanca y de Ucrania mucho más al este de la anterior "línea Curzon" que fijaran los aliados en Versalles.



© carlitosber.blogspot.com.ar, Julio 22 MMXIV
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