domingo, 7 de diciembre de 2014

La segunda Guerra Mundial (7ma. Parte)


La Soah


La invasión de la Unión Soviética, el punto de inflexión 

Facsímil de la Orden Ejecutiva Nº 44822
"Order-Der Kommissarbefehl"
Apenas iniciado el ataque, el ejército alemán, los cuatro grupos operativos de las SS varios batallones policiales comenzaron a matar a los civiles resistentes, a cuadros y judíos del Partido Comunista. Cumplían, así, una serie de directivas criminales que ordenaban el asesinato de los comisarios políticos del ejército soviético ("Orden de los Comisarios" de 6 de junio de 1941) y las indicaciones recibidas en las sesiones informativas dadas por Reinhard Heydrich, a los líderes del Einsatzgruppen y a sus subunidades, los Einsatzkommandos, acerca de su función en la retaguardia, reuniones donde se hizo explícita la orden de Adolf Hitler de eliminar a los judíos rusos. Esos fusilamientos en masa de judíos rusos en manos de las SS-Einsatzgruppen marcaron una radicalización de la política antijudía, algo que Christopher Browning etiquetó de "salto cualitativo".

En otro orden de cosas, la decisión de Iósif  Stalin de deportar a centenares de miles de alemanes del Volga, como consecuencia de la entrada de Alemania en Ucrania, convenció a Hitler a hacer uso también de la deportación hacia los territorios del Este de los judíos de Europa central. 

Una idea a la que era en principio reacio, mientras hubiese guerra, y que, una vez aceptada, hizo abandonar definitivamente la posibilidad de enviarlos a Madagascar, plan además inviable en aquellos momentos en que Gran Bretaña mantenía su dominio marítimo. Esas deportaciones plantearon el problema de dónde colocar a los judíos y qué hacer con ellos. En aquellos momentos ya era un problema para el ejército alemán el retener y alimentar a los tres millones de prisioneros de guerra soviéticos. Consecuentemente, se decidió no usar los campos de prisioneros y optar por los guetos masificados que ya había en Minsk, Riga y, sobre todo, Lódz.

En septiembre, Heinrich Himmler (que desde julio tenía un control absoluto sobre las medidas de seguridad que hubiesen de adoptarse en los territorios conquistados en el este, incluida la eliminación de la amenaza de subversión judeo-bolchevique) avisó a Arthur Greiser de que unos 70.000 judíos (alemanes y checos) iban a ser enviados al gueto de Lodz; 20.000 fueron enviados al mes siguiente. La imposibilidad material de sostener unos guetos tan masificados incentivó la maquinación del asesinato en masa como una salida factible al problema. El hambre y la congelación fueron matando a muchos judíos, y desde enero de 1942 empezó a usarse el gaseamiento en la cercana Chelmno.

Respecto de la actividad criminal en durante la invasión, fueron especialmente relevantes las matanzas perpetradas por las brigadas de caballerías de las SS. Tras una orden de Himmler de principios de agosto ("todos los hombres judíos deben ser fusilados. Empujen a las mujeres judías a los pantanos"), una brigada fusiló a más de 25.000 judíos en menos de un mes en la zona de los pantanos de Pripet. Más adelante, las órdenes de fusilamiento se extendieron a niños y mujeres. Así, por ejemplo, la unidad comandada por Friedrich Jeckeln, que operaba en la zona de Kiev, llegó a fusilar hasta octubre a más de 100.000 judíos entre hombres, mujeres y niños.

Un dato a tener en cuenta es la complicidad de las milicias nacionalistas ucranianas y de los países bálticos que recibieron a los nazis cuales libertadores del yugo soviético. En la ciudad de Leópolis los nacionalistas ucranianos organizaron dos grandes pogromos en julio de 1941 en la que alrededor de 6.000 judíos fueron asesinados. En Lituania, grupos de milicias antisoviéticas comenzaron los pogromos contra los judíos entre el 25 y 26 de julio de 1941, antes incluso que llegaran las fuerzas nazis, masacrando a cerca de 3.800 judíos y la quema de sinagogas y comercios de los judíos.


La Solución Final

Estos trabajadores esclavos rusos, polacos y holandeses,
internados en el campo de concentración de Buchenwald,
ingresaron en el campamento con un promedio de 73 kg.
Después de 11 meses, su peso promedio era de 31 kg.
(16 de marzo de 1945)
El eufemismo con el que los nazis identificaron en sus documentos y declaraciones sus planes genocidas respecto de la población judía europea fue "Solución final a la cuestión judía" (Endlösung der Judenfrage). El primer uso del término se dio en una circular de Adolf Eichmann, de 20 de mayo de 1941, en la que aludía a esa solución como una futura vía en el tratamiento de los judíos europeos, tras comunicar que Hermann Göring prohibía la emigración de judíos de Francia y Bélgica.

Con la aprobación y sanción por parte de Hitler de las distintas fases de intensificación, la Solución Final, como proceso, arrancó en la primavera de 1941 con la planificación de la "Operación Barbarroja"; se amplió durante el verano con el paso a un genocidio a gran escala en la Unión Soviética recién invadida (radicalizado en otoño por la deportación masiva de los judíos del Reich, Bohemia y Moravia) y se encaminó hacia su pleno desarrollo entre diciembre (una vez declarada la guerra a Estados Unidos) y la primavera de 1942, cuando surgió definitivamente un programa coordinado de exterminio.

El 16 de julio de 1941, el jefe del Servicio de Seguridad (SD) en Posen, Rolf-Heinz Höppner envió a Adolf Eichmann, de la Oficina Principal de Seguridad del Reich en Berlín, un informe titulado Solución a la cuestión judía, en el que recogía las conclusiones de diversas discusiones al respecto entre distintos organismos del Reich. La idea principal que se exponía en el informe era la de concentrar a todos los judíos del Warthegau en un campo para 300.000 personas situado cerca del centro de la producción de carbón, para que los judíos aptos para el trabajo pudiesen ser explotados. Además, se señalaba, en relación con los judíos que no pudiesen trabajar y con aquellos a los que no fuese posible alimentar, que habría que considerar seriamente si la solución más humana no sería terminar con ellos mediante algún tipo de preparado de efecto rápido. Por lo demás, se sugería la esterilización de todas las judías para solventar el problema judío en esa misma generación. Así, pues, el informe destacaba la idea de genocidio en una fase embrionaria.

Posteriormente, el 31 de julio, Göring firmó un documento, que se supone redactado a partir de un borrador de Adolf Eichmann, en el que se instaba a Heydrich para que se encargara de llevar a cabo los preparativos necesarios para "la solución completa de la Cuestión Judía dentro de la esfera de influencia alemana en Europa", probablemente con el sentido de buscar todavía una solución territorial del tipo de intentar un traslado de los judíos alemanes y de otros lugares de Europa a un reserva situada más allá de los Urales.

Esa solución territorial dependía, por un lado, de una victoria rápida de Alemania sobre la Unión Soviética y, por otro, de un cambio en los planes de Hitler, que todavía tenía en mente usar a los judíos alemanes como rehenes y que no quería que fuesen deportados al Este. Sin embargo, en septiembre las ideas empezaron a cambiar, cuando, probablemente, Alfred Rosemberg convenció a Hitler de utilizar la deportación de judíos como forma de represalia por las deportaciones de alemanes del Volga a Siberia por parte de los soviéticos. Hitler ordenó en septiembre, cuando los Einsatzgruppen habían emprendido el genocidio total en la Unión Soviética, la deportación inmediata de los judíos de Alemania, Austria y Checoslovaquia.

En el otoño de 1941, Himmler, arquitecto principal del plan que conducía a exterminar a las tres cuartas partes de todos los judíos europeos, dio la orden al General de las SS Odilo Globocnik (jefe de las SS para el distrito de Lublin) de aplicar un plan para matar sistemáticamente a los judíos residentes en el Gobierno General. “Aktion Reinhard” fue el nombre en clave dado a la operación por Heydrich (que había sido el encargado de preparar la "Solución final" y que fue asesinado por partisanos checos en mayo de 1942).


Contexto inmediato

Cadáveres de prisioneros del campo de concentración de
Bergen-Belsen, Fosa Común 3, fotografiada en abril de 1945
A finales de 1940, la Alemania nazi había asesinado ya a unos 100.000 judíos en toda Europa. En Rumania, por ejemplo, uno de los países más antisemitas antes de la guerra, fue eliminada la mitad de su población judía tras el estallido de esta: más de 350.000 judíos fueron asesinados por parte de los Einsatzgruppen y de las propias tropas nacionales rumanas.

A partir de 1941, cuando el asesinato en masa de judíos se convirtió en política de Estado, la cifra aumentó exponencialmente; solo ese año, murió 1.000.000. A lo largo de ese año, fue la política genocida efectuada contra los judíos rusos la que, habiéndose iniciado la invasión de la Unión Soviética, monopolizó la atención de los jerarcas nazis, política que se encuentra en el origen mismo del Holocausto.

Tras una primera instrucción de Heydrich el 17 de junio a los comandantes de los Einsatzgruppen acerca de la puesta en práctica de la Solución final, en una orden del 2 de julio de 1941, él mismo realizó una serie de indicaciones genéricas a los jefes superiores de las SS y la policía en el este sobre la necesidad de matar judíos, saboteadores, subversivos y funcionarios del Komintern (además de instigar a las poblaciones locales para desencadenar pogromos contra los judíos). La limitación del alcance de la orden parece ser una estratagema con el fin de justificar de alguna manera los fusilamientos en masa que la Wehrmacht y otras autoridades estaban ya practicando.

Ya el 3 de julio, por ejemplo, el jefe del Einsatzgruppen en Luzk había fusilado a 1.160 judíos para, como declaró, dejar su marca distintiva en la ciudad. Los pelotones de la muerte del Einsatzgruppen A en el Báltico llevaron a cabo una interpretación especialmente liberal de la orden. El Einsatzgruppen acabó realizando una gran contribución al asesinato de cerca de un total de dos millones de judíos rusos; solo el Einsatzgruppen A, a principios de enero de 1942, informó de la "ejecución" de 229.052 judíos.

Es probable, por tanto, que en esas reuniones informativas hubiese habido ya indicaciones indirectas de aniquilar a los judíos, de forma que pudiesen ser comprendidas de distintas maneras. Un mes después, en una conferencia de planificación, Hitler afirmó que había que aniquilar a cualquiera que se interpusiese en el camino de Alemania. Un mensaje del 1 de agosto de Heinrich Müller, jefe de la Gestapo, indicaba que había que presentar informes continuos a Hitler acerca de los trabajos de los Einsatzgruppen en el Este. También, a mediados del verano determinados elementos radicales del nazismo habían convencido a Goebbels de la necesidad de eliminar a los judíos de la retaguardia, de las ciudades alemanas; el primer paso fue marcarlos con una estrella amarilla, algo que Hitler aceptó a mediados de agosto. 

Todo lo anterior, y muy especialmente la actividad desarrollada por los Einsatzgruppen, se corresponde con testimonios y pruebas documentales que apuntan a que el mandato de Hitler acerca de asesinar a determinado tipo de judíos rusos (sobre todo, dependiendo de su edad y sexo) fue transmitido a los Einsatzkommandos en el mes de agosto. El asesinato generalizado, que culminaría con los fusilamientos masivos de finales de septiembre en Babi-Yar (33.771 hombres, mujeres y niños), no habría sido ordenado explícitamente por Hitler, sino que este habría dado su respaldo a una sugerencia de, probablemente, Himmler, a partir de las impresiones transmitidas por los comandantes locales que tenían a su cargo los fusilamientos.

Por lo demás, se ha demostrado que la Wehrmacht colaboró con los Einsatzgruppen implicándose directamente en el asesinato de casi dos tercios de los prisioneros de guerra soviéticos, muchos de los cuales serían los primeros en probar las cámaras de gas de Auschwitz, y que aproximadamente 1.300.000 judíos (una cuarta parte de todos aquellos que murieron en el Holocausto) además fueron asesinados por ella.


El "salto cualitativo"

A mediados de agosto, con la invasión de la Unión Soviética ya en marcha, Hitler no sólo insistía en la relación entre una nueva guerra mundial y la aniquilación de los judíos, sino que aceptó la deportación hacia el este de los judíos que aún quedaban en Alemania. La situación de estos, como se refleja en los testimonios de Victor Klemperer, se había ido deteriorando con celeridad, hasta el punto de que una ley de diciembre de 1941 imponía la pena de muerte como castigo para prácticamente cualquier infracción cometida por un judío. A los no deportados (por ejemplo, aquellos que formaban parte de matrimonios mixtos), se les sometía a trabajos forzados.

En octubre, Heydrich precisó todavía más que la deportación tenía que afectar a todos los judíos de los territorios ocupados por Alemania. Simultáneamente, las declaraciones genocidas por parte de los jerarcas del nazismo eran frecuentes: por ejemplo, en noviembre, Rosenberg afirmaba que el objetivo de los asesinatos en masa que ya se estaban produciendo era el "exterminio biológico de toda la judería de Europa" y en diciembre Joseph Goebbels recordaba que la compasión o el arrepentimiento respecto de los judíos estaban fuera de lugar y que la guerra, desecadenada por ellos, los había sumido en "un proceso gradual de aniquilación".

Así, pues, a finales de 1941 se estaba aplicando un programa de exterminio, en el que intervenían tanto las autoridades militares alemanas, como la policía, las SS, las milicias locales y los administradores civiles de los distintos territorios. Sin embargo, estaba también claro que la intensidad reclamada por Himmler no se podía alcanzar a base, sobre todo, de los fusilamientos en masa. Por otro lado, quienes estaban al mando de los grupos operativos se quejaban de que los continuos fusilamientos en masa de mujeres, y niños indefensos estaban creando una tensión intolerable en sus hombres. (...) muchos integrantes [de los mismos, según contó un alto mando de las SS,] "incapaces de seguir soportando caminar en medio de la sangre, se habían suicidado. Algunos se habían vuelto locos incluso. La mayoría (...) tenía que apoyarse en el alcohol para realizar su espantoso cometido".

La alternativa puesta en práctica de inmediato fue el gaseamiento, que se había estado aplicando hasta agosto de 1941 en la operación de eutanasia T-4. El doctor August Becker, que se describía como "especialista en los procesos de gaseamiento utilizados en el exterminio de los enfermos mentales", junto con otro personal de dicha operación, fue trasladado por Himmler a la Oficina Central de Seguridad del Reich en Berlín. Por su parte, Albert Widmann, el inventor de la cámara de gas estándar que había sido empleada en el programa de eutanasia, estuvo colaborando en el este para asesinar a enfermos mentales bombeando monóxido de carbono al interior de habitaciones; como resultado de su presencia, Arthur Nebe, jefe del grupo operativo B de la zona de Minsk y Mogilev, ideó el uso de una camioneta herméticamente cerrada en la que se introducía los gases de su tubo de escape, mecanismo de asesinato aprobado por Heydrich.

Intento de escapar de Belzec a través de la alambrada.
Himmler aprobó en octubre la construcción en Belzec de un campo que sirviese de base para las camionetas de gas; también en Chelmno se estableció otro centro similar, de donde salían las tres camionetas que se utilizaban para asesinar a los judíos (y gitanos, también) transportados desde el gueto de Lódź. Estas camionetas podían matar a 50 personas a la vez durante el trayecto de 16 km entre el gueto y el campo, donde eran enterradas en zanjas. Por este procedimiento, en Chelmno fueron asesinadas 360.000 personas. A finales de 1941 los cuatro grupos operativos estaban empleando un total de unas 30 camionetas. También en Serbia se hizo uso de una camioneta de gas; a principios de mayo de 1942, más de 7.500 judíos habían muerto en ella.

En diciembre de ese mismo año, los dos millones y medio de judíos del Gobierno General eran ya una preocupación real para los dirigentes nazis. Y, en este sentido, alguno de ellos, como Hans Frank ya hablaba de la "necesidad de tomar medidas que de algún modo conduzcan a lograr su aniquilación en sintonía con otras medidas" que habrían de tomarse desde el Reich.


La Conferencia de Wannsee

Carta dirigida al diplomático Martin Luther,
redactada por Heydrich durante la Conferencia de Wannsee
para solicitarle asistencia administrativa para la
"Solución final a la cuestión judía"
El 20 de enero de 1942 se celebró la Conferencia de Wannsee. Convocada por Heydrich, reunió a varios altos funcionarios de los ministerios con responsabilidad en el asunto judío, y a representantes de las SS y del Partido Nazi, implicados también en el mismo. El objetivo era establecer una directriz clara en cuanto a quién tenía que asumir el control sobre la cuestión judía en todos los territorios ocupados. En una de sus alocuciones, Heydrich remitió a un encargo de Göring de julio de 1941 por el que le encomendaba a él (a las SS y, por tanto, haciendo de Himmler el responsable superior) "tomar las medidas necesarias para la solución final de la cuestión judía en Europa", solución que habría de ponerse en práctica tras la deportación al este de los judíos. Durante las reuniones, fueron continuas las referencias al exterminio por medio del trabajo y, según algún testimonio posterior, se hizo referencia también al asesinato con camionetas de gas. Con todo, en las actas finales de la conferencia se utiliza un plural impreciso, «varios tipos posibles de solución», para aludir a la futura forma de resolver el asunto judío.

La primera consecuencia de lo hablado en Wannsee fue la reestructuración de todos los campos de concentración existentes: desde febrero de 1942, se convirtieron, de forma sistemática, en una fuente primordial de mano de obra para las industrias de guerra alemanas. Sin embargo, gestionados por las SS, el aumento de la aportación de los prisioneros se hizo por la vía de la violencia y el terror: con el objetivo siempre en mente de la reorganización racial del continente, el exterminio por el trabajo implicó que solo la productividad del trabajador podría salvar a este, eventualmente, de la muerte. En este sentido, aquellos que no eran aptos para el trabajo, fueron asesinados por millones.

En esta línea, el 14 de febrero Hitler le diría a Goebbels que estaba decidido a "limpiar Europa de judíos sin remordimientos" y que era necesario acelerar el proceso "con una frialdad implacable" para prestar un gran servicio "a una raza humana a la que la judería ha estado atormentando durante milenios". Poco más de un mes después, el mismo Goebbels aludía en su diario al proceso por el cual los guetos del Gobierno General estaban siendo liberados de judíos, para dejar sitio a los expulsados del Reich; insistía en que el contexto era el de "una lucha a vida o muerte entre la raza aria y el bacilo judío", e indicaba la singularidad del nazismo por su capacidad "para emprender una solución final de la cuestión", "una solución radical" de la que Hitler era su "pionero" y "portavoz persistente".

Durante esos primeros meses de 1942 quien estuvo supervisando las matanzas de judíos fue Himmler, que se reunía con frecuencia con Hitler de forma confidencial, y del que decía haber recibido directamente el encargo. Estuvo en Cracovia a mediados de marzo, cuando el uso de gas venenoso ya se había empezado a utilizar para asesinar judíos. En abril, ordenó en Varsovia el asesinato de los judíos de Europa occidental que habían llegado para entrar en el gueto de Lódz. En julio, apremió en el este el programa de matanzas. Mientras, intentaba acelerar el exterminio de los judíos que quedaban en el Gobierno General, que esperaba concluir a finales de año, y el de los judíos de Ucrania, que había comenzado en mayo.

La Conferencia de Wannsee supuso también que Eichmann, desde la Oficina Central de Seguridad del Reich, reiniciase en marzo los transportes en tren para deportar a los judíos que quedaban en Alemania, el Protectorado y la antigua Austria, hacia los guetos de Europa oriental. Esta decisión, junto con la situación ya insoportable para ellos, indujo al suicidio a numerosos judíos. Igualmente, el programa de deportaciones se amplió a otros lugares de Europa: Países Bajos, Bélgica y Francia, entre ellos.


Los primeros campos: la operación Reinhard

El Holocausto está directamente asociado en la mentalidad popular a los llamados campos de exterminio. Aunque no todos los judíos que murieron a causa de las políticas nazis lo hicieron en estos campos, lo cierto es que en ellos se pusieron en práctica de forma concentrada todos los sistemas y métodos (especialmente, el uso de cámaras de gas) que configuran la violencia extrema contra los judíos que desplegó el nazismo.

Unas semanas antes de que se celebrase la Conferencia de Wannsee, Himmler había encargado a Odilo Globocnik, jefe de la policía y las SS en Lublin, que organizara el exterminio de los judíos del Gobierno General. Con el nombre de "operación Reinhard", el objetivo del plan era liberar espacio en los guetos para dejar sitio a los judíos deportados del oeste. Globocnik se rodeó para ello de varios de los participantes en la operación T-4, que quedaron empleados en los tres campos que se crearían dentro de la operación; se trataba de oficiales y suboficiales de las SS, ayudados por un personal básico compuesto de auxiliares ucranianos reclutados en campos para prisioneros de guerra.

Mapa que muestra la ubicación de todos los campos de exterminio, la mayoría de los campos de concentración, campos de trabajo, prisiones, ghetos, las principales rutas de deportación y los lugares de masacres.
Los campos se situaron al oeste del río Bug, con buenas conexiones por ferrocarril con otras zonas de Polonia y con los principales guetos. El primer campo, el de Belzec, se empezó a construir el 1 de noviembre de 1941, a partir de las instalaciones de un campo de trabajo. Su comandante era Christian Wirth, al que prestó ayuda uno de los especialistas en eutanasia. Contaba con cámaras de gas fabricadas con madera, aunque herméticamente cerradas; el gas se bombeaba al interior desde unos vehículos, y no haciendo uso de botes de monóxido de carbono puro, como se había hecho en el plan de eutanasia, debido a la dificultad de hacerse con grandes cantidades de ellos. El campo empezó a funcionar en febrero de 1942. Se probó primero el gaseamiento de grupos pequeños de judíos, incluidos los que habían ayudado a construir el campo. A partir del 17 de marzo, se empezó el gaseamiento de los judíos deportados. En un mes, se asesinó a 75.000 judíos, 30.000 de los cuales provenían del gueto de Lublin (que contaba con 37.000 habitantes), siendo los demás de otras zonas del Gobierno General.

La disposición de algunos elementos del campo buscaba no levantar sospechas entre los judíos: se les decía que era un centro de tránsito, que iban a ser desinfectados antes de recibir ropa limpia y que sus objetos de valor les serían devueltos. Las cámaras de gas parecían habitaciones con duchas. Entre junio y julio, se sustituyeron las cámara de madera por una construcción de hormigón con capacidad para seis cámaras de gas, que podían albergar al mismo tiempo a un total de 2000 personas. Hasta 600.000 judíos, tanto de la Polonia ocupada como de otros lugares de Centroeuropa, fueron allí asesinados antes de finales de año.

El segundo campo de exterminio que formaba parte de la operación Reinhard se empezó a construir en marzo de 1942 cerca de Sobibor, también sobre la base de un campo de trabajo, en este caso para mujeres judías. En mayo se finalizó: contaba con las áreas administrativas y de recepción al lado del correspondiente ramal ferroviario, y sus cámaras de gas (con capacidad para 100 personas cada una de ellas) estaban en un edificio de ladrillo fuera de la vista de quienes llegaban al apeadero, a unos 150 metros de distancia a través de una vereda conocida como "el tubo". El gas se tomaba desde un motor y detrás del edificio había fosas para los cadáveres, a las que se podía acceder también por vía férrea, dado que muchos de los que llegaban en tren lo hacían ya muertos. En sus tres primeros meses de funcionamiento, murieron en el campo hasta 100.000 judíos, de Lublin, Austria, Bohemia y Moravia, y del Antiguo Reich. Durante el calor del verano, los cuerpos sepultados empezaron a generar problemas de salubridad. Se tomó entonces la decisión de incinerarlos, haciendo para uso de un grupo especial de judíos, el llamado Sonderkommando, que fue asesinado después.

A principios de 1943, Himmler visitó el campo y pudo observar un gaseamiento; posteriormente, concedería ascensos a varios oficiales de las SS y la policía y a otros responsables del campo. Respecto del cierre del campo, ordenó la eliminación de todas las huellas y su transformación en almacén de la munición capturada al ejército soviético. Durante este proceso, en octubre de 1943, hubo una rebelión de los trabajadores judíos que terminó con la fuga de varios de ellos, que contactaron con grupos de partisanos. El desmantelamiento final del campo se produjo en diciembre. Casi 250.000 judíos murieron en Sobibor.

Estación de trenes del Campo de Concentración de Treblinca.
Algunas estimaciones actuales dicen que 850.000 personas
fueron asesinadas allí.
El tercer campo estuvo en Treblinka. Construido al lado de una vieja cantera, sus orígenes estaban en un campo de trabajo abierto en la primavera de 1941, con el objeto de conseguir materiales para las fortificaciones de la frontera germano-soviética de Polonia. Un año después, en junio de 1942, se empezó a reconvertir en campo de exterminio por parte de las SS, siguiendo las indicaciones del constructor de Sobibor, Richard Thomalla. Contó con tres cámaras de gas, que estaban situadas en una edificación oculta en la zona más elevada del campo, a la que se llegaba desde una estación por una vereda, llamada por las SS "el camino hacia el cielo". Los gases provenían de motores diesel. 

Los gaseamientos se iniciaron el 23 de julio. Una media de 5.000 judíos llegaron al día a Treblinka durante las primeras semanas; sin embargo, desde agosto el número aumentó considerablemente, de forma que a finales de mes ya habían sido gaseados un total de 312.000 judíos. Por otro lado, miles de judíos murieron durante los transportes en tren, sin ventilación, sin agua y sin servicios sanitarios, y con un tiempo caluroso. Además, y según el testimonio de un superviviente, Oskar Berger, que llegó al campo el 22 de agosto, los soldados de las SS, los alemanes y los ucranianos se situaban en los techos de los barracones y disparaban contra la multitud indiscriminadamente. Hombres, mujeres y niños caían sangrando. El aire se llenaba de gritos y llanto.

En los casos de grandes cantidades de judíos llegados, muchos eran fusilados en la zona de recepción; en ocasiones, los trenes debían esperar llenos durante días, hasta que los judíos podían ser llevados a las cámaras de gas, que o bien no daban a basto, o bien se habían estropeado. En el mismo sentido, la excavación de zanjas no podía seguir el ritmo de los asesinatos, y los cuerpos quedaban habitualmente sin enterrar. Ese mismo mes de agosto, se nombró a Christian Wirth inspector general de los tres campos para que se encargase de racionalizar las operaciones de matanza. Wirth entregó, a su vez, a Franz Stangl, comandante ya en Sobibor, el mando de Treblinka en septiembre. La apariencia externa del campo mejoró, pero las escenas de sadismo y crueldad continuaron.

La incineraciones de cuerpos comenzaron en diciembre, en Chelmno y Belzec, y en abril de 1943 en Treblinka. A finales de julio, con la orden de Himmler de cerrar los campos dado que la inmensa mayoría de los judíos de los guetos habían sido asesinados, ya se habían desenterrado e incinerado unos 700.000 cuerpos sepultados en fosas comunes. Los cálculos modernos cifran el número de asesinados en los tres campos de la operación Reinhard en 1.700.000.


Auschwitz, la fábrica de la muerte

Víctimas llegadas de Hungría al campo de exterminio de
Auschwitz en mayo de 1944
Uno de los primeros campos de concentración en territorios ocupados fue el que estaba cerca de la localidad de Oswiecim, en alemán Auschwitz, se creó en abril de 1940 con el objetivo de albergar presos políticos polacos. En mayo, se nombró a Rudolf Höss comandante del mismo, quien colocaría a la entrada un cartel con el lema Arbeit macht frei, "el trabajo libera". Tras un periodo en que el campo constituía un lugar para reclutar trabajadores, finalmente se convirtió en un centro permanente para presos políticos polacos. Posteriormente, a partir de septiembre de 1941, tras el inicio de la operación Barbarroja, se le fueron añadiendo nuevos campos asociados, como por ejemplo el situado en Birkenau, para prisioneros de guerra soviéticos, que terminaría siendo el más grande.

Probablemente a principios de 1942, Himmler anunció a Höss que el campo debía convertirse en un centro adicional a los de la operación Reinhard, que no eran suficientes para completar la Solución Final; Auschwitz estaba bien comunicado y, al tiempo, suficientemente alejado de núcleos de población importantes. Según indicaciones posteriores de Eichmann, la función de Auschwitz habría de ser la de matar a los judíos del resto de Europa. Los primeros deportados, llegados en marzo, provenían de Eslovaquia y Francia.

Los métodos empleados fueron desde el principio diferentes a los de otros campos. En julio de 1941 se había descubierto casualmente (durante una desinfección de ropa) que el pesticida químico conocido como Zyklon-B había sido capaz de matar rápidamente a un gato. En septiembre se probó con 600 prisioneros de guerra soviéticos (clasificados como "fanáticos comunistas") y 250 enfermos del campo, que fueron gaseados en un sótano del campo. El mismo mes, otros 900 prisioneros soviéticos fueron gaseados en el depósito de cadáveres. Tras una visita de Einchmann, se decidió usar el gas de forma sistemática.

Cámara de gas de Auschwitz I, la única que no fue destruida por los nazis
Dado que los gritos de los gaseados podían ser oídos por el personal del campo, se decidió realizar las matanzas en Auschwitz-Birkenau. Allí se construyeron dos cámaras de gas (para 800 y 1200 personas) que empezaron a funcionar el 20 de marzo de 1942. A ellas se enviaba directamente a los menores de 16 años, las madres con hijos, los enfermos, los ancianos y los débiles físícamente. El resto pasaba al campo, tatuados todos con un número de serie en el brazo izquierdo y registrados. Posteriormente, selecciones periódicas iban decidiendo la muerte de los que ya no estaban en condiciones de trabajar.

El extermio sistemático de judíos (franceses, eslovacos, polacos, belgas y holandeses) dio comienzo en mayo. Paralelamente, en julio de 1942, Himmler ordenó que el reasentamiento de toda la población judía se completase antes del final del año. En su visita de ese mismo mes a Auschwitz, ordenó que se intensificasen las matanzas y apremió a Höss en lo relativo a las construcción del campo en Birkenau. Por su parte, en su discurso anual ante los antiguos combatientes nazi, Hitler afirmó en noviembre que la guerra habría de finalizar con el exterminio de los judíos, una palabra que se le escaparía a Goebbels en un discurso radiado de febrero de 1943; en mayo de 1943, y en palabras dirigidas al mismo Goebbels, Hitler estaba ya justificando el exterminio de los judíos como una condición necesaria para que el dominio alemán se extendiese al mundo entero. Por lo demás, la propaganda antisemita se recrudeció por esas fechas.

Desde julio, empezaron a llegar judíos de Alemania; después, desde casi todos los países europeos: Rumanía, Croacia, Finlandia, Noruega, Bulgaria, Italia, Hungría, Serbia, Dinamarca, Grecia y el sur de Francia. En este contexto, entre 1942 y 1943 se ampliaron y perfeccionaron las instalaciones para gasear en Auschwitz. En junio de 1943 había una cámara más y se había ampliado a 4 el número de crematorios, conforme a los planes de la empresa Hoch-und Tiefbau AG Kattowitz; los hornos crematorios y las instalaciones de gaseamiento habían sido fabricados por la empresa J. A. Topf & Söhne de Erfurt.

Esta lata contenía las bolitas de gas Zyklon-B.
Se abrían 4 de ellas y se vertía su contenido por
unos orificios en la cámara de gas. En pocos
 minutos morían hasta tres mil personas.
Una vez introducidas las víctimas como si de ganado se tratara en la cámara de gas, los hombres de las SS que se encontraban sobre el techo de hormigón reforzado volcaban las latas de Zyklon-B en cuatro aberturas, derramando las bolitas a través de unos condutos con rejillas, lo cual hacía posible que las bolitas se disolviesen en un gas letal tan pronto como el calor corporal de las víctimas había elevado la temperatura del aire. Al cabo de veinte minutos aproximadamente, volvían a levantar los botes para eliminar la posibilidad de que todavía continuara saliendo gas, mientras se procedía a ventilar la cámara y un destacamento especial de prisioneros judíos llevaba los cadáveres a rastras hasta otra sala, les arrancaban los dientes y los empastes de oro, cortaban el cabello de las mujeres, les quitaban los anillos de oro, los anteojos, las prótesis y demás impedimentos y ponían los cuerpos en montacargas que los subían al crematorio situado en la planta baja, donde eran introducidos en hornos crematorios y reducidos a cenizas. Los huesos que quedaban se desmenuzaban y las cenizas se utilizaban como fertilizante o se tiraban en los bosques y los arroyos. Cuando los crematorios se vieron desbordados hubo que quemarlos sobre parrillas extendidas sobre zanjas.

En Auschwitz murieron entre 1.100.000 y 1.500.000 personas. Alrededor del 90% (cerca del millón) eran judías, lo que supone entre una quinta y una cuarta parte de los judíos que murieron durante la guerra. Por lo menos, la mitad de los muertos lo fueron por desnutrición, enfermedades, agotamiento e hipotermia. Auschwitz recibía a muchos de sus judíos desde el campo de Theresienstadt. Construido desde noviembre de 1941 al norte de Terezin (en alemán, Theresienstadt), en Checoslovaquia, este campo constituía la prisión central de la Gestapo en el Protectorado. Recibió a 10.000 judíos checos durante los primeros días del año siguiente y se trataba inicialmente de un centro de reagrupamiento organizado como un gueto. De las 140.000 personas que llegaron deportadas al campo, al final de la guerra solo seguían con vida menos de 17.000.


Otros campos

Restos humanos en Majdanek.
Otro campo, el de Majdanek, se construyó en la parte oriental de Lublin; desde julio de 1942 se construyeron en él hasta siete cámaras de gas. Al final, habrían muerto en él unas 180.000 personas; 120.000 de ellas, judíos. En octubre de 1942, Heinrich Himmler determinó que todos los judíos debían ser trasladados a Auschwitz o Majdanek. Ejecuciones masivas tuvieron lugar entre el 8 de mayo y el 29 de julio de 1944. Rudolf Höss, por orden de Heinrich Himmler, debía gasear a más de 400.000 judíos húngaros en Auschwitz. En determinados días fueron asesinadas cerca de 24.000 personas, muchas de las cuales fueron quemadas en hogueras al aire libre por la escasa capacidad de los crematorios.


Las víctimas

Centenares de cuerpos de prisioneros muertos por inanición
o por disparos de la Gestapo yacen en el suelo tras la liberación
del campo de concentración de Nordhausen (12 de abril de 1945).
Junto con los judíos, otros grupos humanos como gitanos, soviéticos (especialmente, los prisioneros de guerra), comunistas, Testigos de Jehová, polacos étnicos, otros pueblos eslavos, los discapacitados, los hombres homosexuales y disidentes políticos y religiosos, fueron también objeto de persecución y asesinato durante el nazismo.

Según el criterio más o menos restringido que se adopte para definir el Holocausto, la cifra de víctimas varía. Algunos historiadores lo circunscriben al genocidio judíos a manos del Tercer Reich (algo más de 6 millones de víctimas). Otros estudiosos consideran que debe aplicarse asimismo a las víctimas polacas y a otros pueblos eslavos y gitanos. 

Un tercer grupo amplía el término para que abarque igualmente a los homosexuales, los disminuidos físicos y mentales y los Testigos de Jehová, de modo que se estiman en 11 o 12 millones las víctimas del Holocausto, de las cuales más de la mitad eran judíos. 

Se calcula que murieron víctimas de este exterminio algo más de 6 millones de judíos, aparte de unos 800.000 gitanos, 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos o víctimas de la ocupación (fueron también objeto de exterminio sistemático), polacos e individuos calificados de asociales de varias nacionalidades (presos políticos, homosexuales, discapacitados físicos o psíquicos, delincuentes comunes, etc.). 





© carlitosber.blogspot.com.ar, Diciembre 7 MMXV
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