domingo, 10 de agosto de 2014

Crisis de entre Guerras (Novena Parte)


LA MODERNIZACIÓN DEL EXTREMO ORIENTE 
Primera Parte: La República China



La crisis del milenario Imperio Chino

En las últimas décadas del siglo XIX, la sensación de debilidad de la China imperial, agravada por las derrotas militares frente a las potencias extranjeras, como en las guerras del opio, llevó a muchos sectores de la pequeña burguesía china a plantear la necesidad de reformas políticas que permitieran a China lograr el desarrollo económico y social que habían alcanzado las potencias occidentales y, especialmente, Japón, al que muchos chinos veían como modelo a imitar.

Japón había logrado un desarrollo económico destacado tras la restauración Meiji, y muchos intelectuales defendían la necesidad de que la dinastía Qing, que gobernaba China, emprendiera también las reformas necesarias para avanzar hacia un modelo de monarquía constitucional, que permitiría mantener la tradición imperial adoptando al mismo tiempo un sistema político moderno, imprescindible para afrontar la revolución industrial y tecnológica en la que China se había quedado rezagada. Frente a estas corrientes, otros reformadores, más radicales, propugnaban la necesidad de derrocar a la dinastía Qing, a la que por su origen manchú muchos veían como una dinastía extranjera, y proclamar una república.

Sun Yat-sen  (1866-1925)
El ideólogo republicano más importante de los últimos años de la dinastía Qing fue Sun Yat-sen, quien ya en 1895, tras haber fundado la Sociedad para la Regeneración de China, intentó organizar una revolución contra la dinastía Qing en la ciudad sureña de Cantón. La sublevación fracasó y Sun Yat-sen se vio obligado a huir de China, en un exilio que lo llevaría a Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón en los años siguientes.

A pesar de las reformas institucionales llevadas a cabo por la dinastía Qing, el descontento con el sistema seguía aumentando, y se haría especialmente grave en los últimos años del siglo XIX y la primera década del siglo XX, en que China cosechó aún más reveses militares. Particularmente grave para la conciencia china fue la derrota en la Primera Guerra Sino-Japonesa, que concluyó en 1895 con la firma del Tratado de Shimonoseki, por el que China perdía su influencia sobre Corea, que pasaba a ser protectorado japonés, y perdía también la soberanía sobre la isla de Taiwán, convertida en territorio japonés.

Este descontento creciente provocó el aumento del número de seguidores del movimiento republicano de Sun Yat-sen, a la sazón exiliado en Japón, que había fundado una nueva organización republicana, la Sociedad de la Alianza.


La Revolución de Xinhai

Tres banderas diferentes fueron usadas originalmente
durante la revolución. El mensaje al pie dice "¡Larga
vida a la república!" con las cinco razas representadas por
 la Bandera de Cinco Colores de la República.
Xīnhài es el nombre del año 1911 en el calendario agrícola chino tradicional, y la revolución que acabó con varios milenios de historia imperial se desencadenó por una explosión fortuita en la ciudad de Hankou el 9 de octubre de aquel año. Hankou es una de las tres ciudades que constituyen la triple metrópoli de Wuhan, punto estratégico en el centro de China, y en ella había una intensa actividad revolucionaria clandestina, así como un gran número de tropas del reformado Nuevo Ejército del estado Qing. Aquel 9 de octubre, un grupo de revolucionarios se encontraba manipulando explosivos que iban a ser utilizados en atentados antimonárquicos, cuando una explosión inesperada provocó varios muertos y heridos. 

Los intentos de rescate de los heridos pusieron a las autoridades locales al corriente de las actividades y de las identidades de muchos implicados, y aquel mismo día se llevaron a cabo diversas ejecuciones sumarias. Sin embargo, el ejército Qing en Wuhan estaba ya infiltrado por muchos activistas republicanos que, tras el accidente, temían ser descubiertos. Éstos decidieron lanzarse a la ofensiva antes que esperar la reacción de las autoridades leales a la corte Qing, y el 10 de octubre se sublevaron contra el poder imperial en Wuchang, la parte de Wuhan al sur del Yangtsé. La rebelión comenzó en el Octavo Batallón de Ingenieros de Wuchang y, al final del día, toda Wuchang estaba en manos de los rebeldes. Al día siguiente, 11 de octubre, Hanyang, la tercera ciudad de Wuhan, cayó en poder de los rebeldes, y el 12 de octubre ocurría lo propio en Hankou.

De esta manera, en apenas tres días, Wuhan, la triple metrópoli del Yangtsé, estaba en poder de un ejército rebelde al servicio de la causa republicana, a pesar de la falta de organización del movimiento. La fecha del 10 de octubre, el "doble 10", se convertiría en la fiesta nacional de la República de China y, aún hoy, se conmemora como tal en Taiwán.

Yuan Shikai (1859-1916)
La corte Qing reaccionó rehabilitando al poderoso militar Yuan Shikai, que gozaba de un gran prestigio en el Ejército de Beiyang, el ejército del norte, para organizar la ofensiva contra los rebeldes. Sin embargo, el 22 de octubre, las tropas del Nuevo Ejército en las provincias de Shaanxi y Hunan se amotinaron y se pusieron del lado de los rebeldes de Wuhan. A finales de octubre, otras tres provincias, Shanxi, Jiangxi y Yunnan, se sumaban también a la rebelión.

Mientras la rebelión avanzaba, los altos mandos del ejército exigieron a la corte que aceptara una serie de reclamaciones, las "doce reclamaciones", para reducir el poder del emperador y establecer un sistema parlamentario. Entre estas reclamaciones estaba el nombramiento de un nuevo gobierno encabezado por un primer ministro. 

La debilitada corte manchú, consciente de que el poder se le escapaba de las manos, aceptó todas estas reclamaciones, y Yuan Shikai fue nombrado Primer Ministro del Imperio Qing. Estas reformas suponían un intento de establecer una monarquía constitucional en China que pudiera contentar a los conservadores y a los sectores reformistas. 

A pesar de este intento, la revolución seguía su avance imparable, apoyada en un gran apoyo popular. El 3 de noviembre, la provincia de Jiangsu se sumaba a la rebelión republicana. Sichuan, el 22 de noviembre y Shandong, el 12 de diciembre, se unían a la lista de provincias rebeldes. En la capital de Jiangsu, Nankín, aún se mantenían tropas leales al gobierno imperial, que serían derrotadas definitivamente a comienzos del mes de diciembre.

Primera bandera de la República China
(1912-1928)
En diciembre, Sun Yat-sen volvía de su exilio, tras haber pasado por Europa para recabar apoyos para la causa republicana. El 30 de diciembre, en Nankín, se proclamaba la República de China, que oficialmente comenzaría el 1 de enero de 1912. El año 1912 se convertía para China en el año 1 de la república, adoptando el modelo occidental de años solares con semanas de siete días, en lugar del sistema tradicional chino de años lunares con semanas de diez días. Sun Yat-sen pasaba a ser el primer presidente de la República de China.


Sun Yat-sen y el Kuo-Ming-Tang

Sin embargo, Sun Yat-sen era consciente de la debilidad militar de la nueva república. La mayor parte del ejército se mantenía leal al poder imperial de Pekín, y Yuan Shikai mantenía su poder e influencia sobre el Ejército de Beiyang, asentado en el norte de China. Sun se vio obligado a negociar con Yuan Shikai, a quien ofreció el cargo de presidente de la república. Yuan, presionado por numerosos sectores del ejército, favorables a reconocer el nuevo orden republicano, aceptó, y forzó la abdicación del niño emperador Puyi, ocurrida finalmente el 12 de febrero de 1912.

Yuan Shikai disolvió el parlamento en 1914 y hasta consideró la idea de restaurar el Imperio en su persona e instaurar una nueva dinastía.  El 1 de enero de 1916, Yuan subía al trono como nuevo emperador chino. Como nombre de su reinado adoptó el de Hongxian ("Abundancia constitucional"). Pero la restauración monárquica fue muy mal recibida. Los líderes militares de varias provincias negaron el reconocimiento al nuevo emperador, y las protestas se sucedían por todo el país. Consciente de su impopularidad, Yuan abolió la monarquía en marzo, menos de tres meses después de su subida al trono, y renunciaba al poder. Humillado y abandonado por sus seguidores, murió el 6 de junio, enfermo de uremia.

Mientras tanto, aprovechando el contexto del la Primera Guerra Mundial, Japón, como aliado del Reino Unido, estaba técnicamente en guerra con Alemania, tomaron las concesiones alemanas en la provincia de Shandong. En enero de 1915, Japón hizo públicas una serie de reivindicaciones, conocidas como las "Veintiuna Reclamaciones", que exigían a China la concesión de todo tipo de privilegios comerciales a Japón. Yuan Shikai, dado el estado precario de las arcas del estado, necesitadas de inyecciones de capital extranjero, tuvo que ceder a gran parte de las pretensiones japonesas.

Li Yuanhong (1864-1928)
Tras el fracaso de la restauración imperial de Yuan Shikai, se restauraba la república con Li Yuanhong como presidente. En junio de 1917, el general conservador Zhang Xun llevaba a cabo un golpe militar con el objetivo de restaurar la dinastía Qing. El último emperador manchú, el muchacho de once años Puyi, que había seguido viviendo con su séquito en la Ciudad Prohibida, se convertía de nuevo en emperador de China. Sin embargo, esta restauración no fue aceptada por la inmensa mayor parte del ejército, y apenas un mes después, Zhang Xun era derrotado en Pekín por el ejército leal a la república, que volvía a deponer a Puyi. En estos momentos, China carecía de un poder central reconocido y el país se encontraba dividido, en manos de jefes militares, los llamados "señores de la guerra", que controlaban distintas zonas del país.

Uno de ellos acogería en Guangsdong a Sun Wen y su gobierno (1920). El odio al extranjero estimulaba el sentimiento nacionalista chino, y las ideas de Lenin, Wilson y de la ultraderecha europea los alentaba. Las potencias occidentales obligaron a Japón a abandonar Shandong en 1922. Un año antes se había fundado el Partido Comunista Chino. Los reformistas, que querían crear una China nueva, se agruparon en torno del gobierno del Cantón, apoyándose en el Kuo-Ming-Tang (Partido Nacionalista China), sometido a la influencia de Sun Yen. De Moscú llegaron especialistas políticos, como Mijail Borodin, y militares, como el mariscal Galens.


La revolución: Chiang Kai-shek vs. Mao Tse-tung

Chiang Kai-shek (1887-1975)
La Revolución China estalló en 1925, y en julio de 1926, el ejército nacionalista comandado por Chiang Kai-shek, formado por el ejército rojo ruso, partió de Cantón para unificar y liberar al país (previamente había eliminado a los comunistas de los puestos de mando en la tropa). Los generales bandidos fueron sometidos o expulsados, y en las ciudades y provincias que cayeron bajo el Kuo-Ming-Tang, los extranjeros debieron retirarse.

Muerto Sun Wen, el general Chiang Kai-shek, que tomó el control total del Kuo-Ming-Tang, empezó a eliminar a los comunistas del partido. En 1927, luego de apoderarse de Shangai, reprimió ferozmente un alzamiento comunista en esa ciudad, decapitando a los cabecillas. Al mismo tiempo, en Pekín fue ejecutado otra treintena de dirigentes comunistas. Dueño de la situación, Chiang tomó la capital en 1928.

Mao Tse-Tung(1893-1976)
En los montes Jinggana (provincias de Hunan y Jiangxi) los comunistas empezaron a organizarse con la dirección de Mao Tse-tung, un joven poeta nacido en 1893, quien proponía hacer triunfar su particular relectura de las doctrinas leninistas-stalinistas: ya que en China el proletariado era minúsculo y desorganizado, el comunismo debía "moverse como un pez" dentro del campesinado. En efecto los campesinos componían el 85% de la población. Gracias a su apoyo, Mao pudo resistir cinco nuevas "campañas de exterminio" de comunistas que emprendió Chiang contra él. no obstante, en 1934, no pudo resistir en Jiangxi y emprendió con 100.000 seguidores su célebre "larga marcha" de casi 10.000 kilómetros a través de pantanos, desiertos y nieves eternas.

En la región de Shenxi, los supervivientes estructuraron su propio Estado: una china soviética en miniatura, con Yenan como capital; luego con una paciencia "china" se prepararon para esperar la hora triunfal del comunismo chino. Y no esperaron en vano. Claro, la intervención atroz de los conquistadores japoneses durante la Segunda Guerra Mundial como la corrompida dictadura de Chiang Kai-shek, le prepararon un terreno favorable a los revolucionarios.      



© carlitosber.blogspot.com.ar, Agosto 10 MMXIV
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